Tengo una amiga.

Bueno, en realidad tengo más que una amiga. La llamaremos Mary Poppins. Es de eso tipo de amigas que en el balance general te hacen renegar más que divertirte. Ella es así, me hace enojar MILES de veces, pero al final aunque me insulte, me pelee, me grite... Yo la quiero. Quiero matarla, sí, pero la quiero. 

La quiero porque tengo la vaga sensación de que la entiendo. Entiendo por qué ella es así, simplemente porque no puede ser de otra forma. Su destino es ser ella, Mary Poppins. Coincidimos en varias cosas, y no lo hacemos en muchas otras. Pero tengo un amor irracional hacia ella, casi incluso masoquista.

Todos necesitan una amiga así. Sirve. Me enseña a vivir. Todas mis demás amigas son demasiado buenas como para aterrizar de vuelta en la realidad. Quizás porque yo soy demasiado positiva, mi karma la mandó para ser mi amiga y recordarme que no sueñe despierta.

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