El ojo del huracán.

Estoy en una etapa de sonrisas, felicidad, tranquilidad, amor, y más, muchas más sonrisas.

Casi todo el tiempo estoy contenta, está todo bien con todo, hasta con mi 'trabajo' y mi mamá, lo cuál es un milagro. Hasta me siento linda más seguido. Incluso Mary Poppins está muy muy enojada conmigo y todo está bien.

 A veces pienso que estoy en el ojo del huracán, que todo es demasiado bueno para ser verdad, que el hilo de felicidad sobre el que estoy parada se va a cortar y voy a caer a un abismo lleno de toda la tristezanormaldelagente. No me queda más que disfrutar esta etapa.

No entiendo cómo llegué a estar así. No soy una persona depresiva, pero si soy muy estresable y muy sensible para muchas cosas. Quizás es porque el año recién comienza, porque las vacaciones renovaron mi voluntad de vivir, o porque en realidad las cosas realmente están bien. Sea lo que sea, quiero estar en el ojo del huracán todo el tiempo que se pueda, y mientras tanto me preparo psicológicamente para la tormenta.

Volviendo a la realidad.

 Demasiado buenas fueron mis vacaciones como para que duren por siempre. Ayer tuve que despertar de mi sueño de tres meses de tranquilidad, vestirme con el uniforme de la escuela y enfrentar el último año de mi secundaria. Es que es ''enfrentar'', ¿no?.  Enfrentar que estás por vivir un año que es ''el último'' de algo da miedo. Que el año que viene va a ser completamente diferente a éste. Y una tiene miedo, desde ya, como si sirviese de algo tener miedo a algo inminente.

 Día 1. Casi lloro cuando llego el curso y tuve que estar ahí, sola durante unos largos minutos. Casi lloro cuando izan la bandera. Casi lloro. Pero me contuve. Será porque todos estaban de fiesta con su cotillón y sus fotos, que no me dieron tiempo de reflexionar tanto como para llorar. 

 El segundo día fue la cruda realidad. Me sentí muy sola. Se fueron sin mí, egresaron y me dejaron acá, sola. No da. En clases no hay problema. En el recreo no sé qué hacer. No estoy acostumbrada a hablar con nadie más que ELLOS, que ya no están. 

Me alegró la vida estudiantil que mi amigo L me dijera que él iba a ser mi estabilidad emocional. Claro, él  me dice eso porque ahora no necesito estabilidad emocional, después se va a arrepentir, pero la intención es lo que cuenta.

Es raro. Los extraño muchísimo. Pero hay pocos que me extrañan a mí. Y pienso que, quizás, esto ocurre para que todos nos vayamos acostumbrando a que voy a estar en otra provincia y no los voy a ver.  Por eso no me importa. Me siento sola, pero no importa, de todas maneras yo soy la que les va a decir adiós a todos el año que viene. 

Mis vacaciones de ensueño. (?

 Estás vacaciones fueron las mejores vacaciones de toda la historia de vacaciones de Uma.

Hice lo que más me gusta hacer, durante estos tan largos y tan cortos tres meses. Será que estaba tan cansada de mi ciclo lectivo 2011 que contaba los días para llegar a vacaciones. No creo que nadie las haya esperado tanto como yo. Y es por eso que disfruté cada momento. No me aburrí nunca, porque el solo hecho de pensar que estaba en esta etapa en donde no hay responsabilidades ni horarios bastaba para ser feliz.