Far far away land. I

(Probando la aplicación blogger para móviles...)

Lloro como una niña abandonada cuando quiero y no puedo hablar con vos. Y cuando no quiero y se me ocurre, pero no puedo hablar con vos. La imposibilidad me mata.
Te extraño, pero no es eso lo que me da tristeza. Es que me gustaría sentir que hablé todo lo que pude y aproveché todos los momentos, es decir, quisiera que te haya explotado lo suficiente como para no sentir que faltan cosas tuyas que no puedo descubrir. Quisiera que esté satisfecha de vos. Pero en realidad tampoco quiero estar satisfecha.
Qué maravilla triste es tener la suerte de conocer personas infinitas.

Una de las razones por la cual creo estar loca.


Quiero llorar. Hace mucho que no puedo llorar.

 No por incapacidad física, si no por incapacidad contextual. Quiero llorar mucho sin que nadie me diga que pare y sin alguien que me mire con pena. Sin que me pregunten por qué.  No quiero llorar sola porque me parece demasiado depresivo. No tengo ninguna razón concreta, pero quiero llorar por todas las razones que pueda inventar. Solo hacerlo y listo. Y deshacerme del peso de ir por la vida sin llorar. No puedo llorar sin mis reglas...

O quizás invento mis reglas para no llorar. Tal vez yo sea esa persona que me mira con pena.