Adiós 2011.

 Ayer fue la juntada de fin de año con EL grupo de mis amigos.

 Llegó la hora del brindis, y a pesar de que cada 10 segundos alguien decía 'vamos que se calienta la sidra', eso no fue un obstáculo para que el momento, según México, sea re gay. 1 dijo unas palabras, luego México, 3, otro amigo... Y cuando empezó a hablar él no pude más con mi personalidad anti finales que empecé a tener esos espasmos que uno tiene cuando llora, pero me contenía las lágrimas.

Todos repetían en sus mini discursos que el grupo se mantenga unido, que no se separe, y cosas por el estilo. Y yo pensaba que eso va a pasar, progresivamente pero va a pasar. ¿Cuáles son las posibilidades de que un grupo caracterizado por hacer juntadas con juegos para niños, se mantenga si el 90% va a estar ocupado en la facultad? Y en el caso en que se mantenga, ¿de qué me sirve que todos sigan siendo un grupo de amigos si yo me voy a otra provincia en 2013? Yo sigo con mi dualidad de mujer/niñita, con mi bipolaridad a lo Wendy, y de repente todos son adultos. Y yo me quedo atrás, y después voy a tener que crecer de golpe para poder irme. Y empezaron a chocar las copas y yo lloraba, y todos riendose, y yo lloraba. Y pensaba en el año que viene, en mis objetivos, en mis metas, en mis deseos, EL grupo, Mary Poppins, Violeta, 0,1,2,3, México, Uma... Y luego en el 2013, lleno de tanta incertidumbre. Si me puse así este año, no sé que va a pasar conmigo en el fin de año del año que viene.

F me preguntó qué me pasaba, y me dijo que era extraño en mí ser tan poco positiva, y que en realidad lo que tenía que pensar era en la otra gente que iba a conocer allá, y no en la gente que voy a dejar de ver. Supongo que no ahora, pero en un año, le voy a tener que hacer caso.

Adiós 2011, te despido con nostalgia, confiando en un 2012 increíblemente mejor. Supongo que lo último que hay que perder es el positivismo.

No soy yo, ni tu, ni nadie, son los dedos miserables que le dan cuerda a TU reloj.

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